Texto por: Diana Guzmán
Fotografías: De los autores
Para dos niñas cuya infancia se limitaba a los recursos económicos de su familia, aprender las técnicas ancestrales de su madre no fue una opción, sin embargo, lo que han logrado y lo que la vida les ha otorgado, ha sido lo más importante.
Antonia González y Estela González, son la tercera generación de su familia en aprender sobre el tejido de palma vegetal. Desde que tenían 7 años, su madre, María Molina, les inculcó una bella técnica artesanal que hasta el día de hoy ellas luchan por conservar.
Cuando era pequeña, María aprendió a elaborar productos a través del tejido de palma vegetal con solo ver a su madre tejer, así, inesperadamente se convirtió en la segunda generación que ejercería ésta técnica. Al casarse la vida se complicó, el querer formar una familia resultó conllevar mucho dinero y lo poco que ganaba lo invirtió en la educación de sus hijas, sin embargo, en algún punto su economía no bastó, pues los oficios artesanales no son bien remunerados.
Aún cuando ambicionaban una carrera profesional que les diera otro tipo de trabajo, las condiciones de Antonia y Estela las obligaron a apoyar a su madre, pues tenían que salir adelante. En el transcurso se han enfrentado a diversos obstáculos, entre ellos el famoso “regateo”. “Lamentablemente en ocasiones la necesidad económica, como no alcanza, nos lleva a aceptar el precio que ellos nos quieran dar, por necesidad nosotras a veces no ponemos el precio, lo ponen ellos”
Pero no todo es malo, “El trabajo solito nos ha abierto camino”, a pesar de que actualmente ellas no cuentan con un local que les permita comercializar su mercancía, ofrecen sus productos en mercados. Además, el amor por preservar su conocimiento ancestral las ha llevado a conseguir el apoyo de distintas empresas, las cuales les da la oportunidad de participar en una gran cantidad de exposiciones dentro y fuera del Estado de México y de su natal Toluca, permitiéndoles dar a conocer su labor y la calidad de sus productos.
“Si algún día me voy de este mundo, aprendan lo que hago yo, lo que hace mi hermana y lo que nos enseñó mi mamá” esto le dice Antonia a sus hijas, pues para ella, salvaguardar sus técnicas ancestrales es de suma importancia. Estela y Antonia también ofrecen un taller para aprender las técnicas del tejido de palma, actualmente cuentan con ocho aprendices, quienes les ayudan a seguir con sus prácticas artesanales.
“Visión y Tradición es un programa muy bonito, nos ha ayudado a hacer otras cosas que no habíamos pensado (…) También pudimos coincidir con los diseñadores en qué queremos hacer y cómo lo queremos trabajar. Nos han dado muchas ideas”
“Con el equipo Design Week aprendimos del amor, la humildad y la sencillez, no nos esperábamos que personas como ustedes nos fueran a ofrecer tanto amor y apoyo. Estamos agradecidas por eso, que dios los bendiga a todos” – Antonia González.