Texto por: Diana Guzmán
Fotografías: Root Films
La familia Hernández está conformada por cuatro generaciones activas en la artesanía. Todo comenzó con Pascual Hernández León, quien hasta la fecha con 100 años de edad realiza jarros pulqueros. Le siguió Juan Hernández Cajero, quien a sus 71 años se sigue dedicando a desarrollar piezas de dos a tres metros de altura, desde soles y lunas, hasta árboles de la vida. Posteriormente Juan Hernández Arzaluz introdujo el arte en miniatura, creando piezas desde 2 cm; hoy en día sus hijos incursionan en la joyería, ya que tienen el objetivo de diseñar productos que puedan portar hombres y mujeres en dijes, pulseras, aretes o gargantillas.
Juan Hernández Arzaluz inició en la artesanía obligatoriamente, pues su padre le solicitaba apoyo para manejar la materia prima, sin embargo, con el tiempo se encariño con el oficio y hoy en día cuenta con más de 50 premios locales, nacionales e internacionales, entre ellos se encuentra el Galardón presidencial, entregado por el presidente de la República Mexicana en Guadalajara.
Me motiva competir contra grandes maestros del arte popular, eso me ha permitido superarme a mí mismo, además me motiva mi familia y las personas que halagan mi trabajo (…) He conseguido tener cierto prestigio en este gremio de la artesanía
Nosotros transmitimos la cultura de Metepec, un lugar conocido por desarrollar piezas de barro. En mi caso particular, no quiero que mi descendencia deje perder mis técnicas porque me considero uno de los pioneros en el arte en miniatura
La técnica de Juan es compleja, ya que al desarrollar piezas en miniatura requiere ser muy minucioso y medir perfectamente los tiempos, ya que si una figura se seca ya no funciona, además es muy importante usar pinceles finos para la decoración, ya que el detalle es lo más importante lo que le da valor.
La artesanía ha evolucionado con el paso de los años, así como la importancia de prevalecer estas técnicas ancestrales y remunerarlas de manera justa “Considero que hoy en día hay mucha difusión de la artesanía, antes nos decían alfareros y había muchos estereotipos sobre nosotros, pero ahora no es así, de hecho hasta nos dicen maestros, para mi eso es mejor, porque somos parte importante de la cultura del país y del arte popular mexicano, aunque claro también hay gente deshonesta que vienen, compran la pieza y a veces hasta borran nuestros nombres para venderlas como suyas, por eso siempre es mejor que nosotros tratamos directamente con los clientes”
“Considero que otro aspecto importante es que las redes sociales y los eventos nos permiten vender nuestro trabajo más fácilmente y cobrar de manera justa, es muy importante seguir con esto y e smuy importante que cada vez haya más chicos que se interesen por estos oficios y que vengan con nuevas e innovadoras ideas”Hoy en día, la artesanía se visibiliza como un arduo trabajo, es por ello, que Design Week México a través de su programa de Visión y Tradición gestiona residencias en las que diseñadores y artesanos aprenden mutuamente y realizan un intercambio de ideas y conocimientos.
“Visión y Tradición es un programa que me ayudó a tener un intercambio de ideas y perspectivas. En mi caso trabajé con Rodrigo Noriega y la concepción que él tiene, tanto de artesanía como de ventas es muy diferente a lo que yo manejo, así que en este caso, haber trabajado con él y participar con Design Week es muy enriquecedor porque manejan las cosas de manera muy muy diferente y esto me beneficia a mi y a mi familia tanto en cuestión de trabajo, como en cuestión economía”
“Sin duda es una de las experiencias más bonitas que me ha tocado vivir, no hay nada como estar en tu propia tierra y que te reconozcan tu trabajo, además el Museo Nacional de Antropología es muy importante y para mi es un logro más, un orgullo, haber expuesto ahí, en verdad nunca me imaginé que una pieza mía estuviera ahí”
