Texto por: Diana Guzmán
Fotografías: Root Films
El molinillo es un utensilio prehispánico esencial para la elaboración de un delicioso chocolate artesanal. Desde hace más de 40 años, Antelmo González ha desarrollado piezas fundamentales para la preparación de esta bebida. Durante sus inicios fabricó “juguetitos”, un grupo de utensilios integrado por molinillo, rodillo, pala y cuchara. Con el tiempo se acercó a su tío con el fin de aprender a producir de forma artesanal el famoso molinillo, también conocido como “Chicoli” en Nahuatl.
Para la construcción del molinillo se requiere de un trozo de madera, el cual se coloca en un torno eléctrico que gira rápidamente, esto facilita que al pasar el cincel de madera se puedan labrar los anillos y muecas, estos anillos efecto de introducir oxígeno a la bebida, lo cual genera la tan valorada espuma “Creo que eso es lo más laborioso, para que el molinillo haga espuma se tiene que hacer un vacío en el tronco, sin duda es lo que más trabajo me costó aprender”.
La historia de la espuma tiene un toque místico pues en la cultura prehispánica se creía que la espuma estaba viva y era impulsada por una fuerza llamada “pee” que estaba asociada con la fertilidad.
El próximo paso para la producción es dar, a través de la fricción, el color negro a la pieza, la importancia de dar este color a través de este proceso es que en realidad son “quemaduras”, por lo que no se utilizan pinturas artificiales que puedan contaminar las elaboraciones para las que está destinado.
“Preservar estos conocimientos y seguir difundiendo estas técnicas artesanales es un valor histórico, artesanal y hasta emocional (…) para mi es algo que me ha llenado mentalmente y espiritualmente, además, estas técnicas las aprendí gracias a mis ancestros y este trabajo me han permitido sacar a mi familia adelante”.
A través del programa de Visión y Tradición de Design Week Mexico, se busca un enfoque que pueda expandir la creación de objetos utilitarios con ayuda de técnicas artesanales. Antelmo González y Leca desarrollaron lámparas y portavelas, artículos inspirados en el proceso de elaboración de molinillos de chocolate.
Visión y Tradición me permitió realizar un artículo más elegante y que realmente tiene un significado para existir. Entre más se pulen los conocimientos puedes sacar un mejor trabajo (…) para mi fue como una capacitación mutua, ellos aprendieron sobre mis conocimientos artesanales y yo sobre sus conocimientos en diseño, con este trabajo en conjunto creo que ambas partes podemos salir adelante.
Estoy muy agradecido con Design Week por permitirnos este vínculo en el que compartimos conocimientos y técnicas. Ver el resultado final en el Museo Nacional de Antropología fue un gran orgullo, yo nunca pensé en estar en ese lugar, es un gran logro para mi y estoy muy ansioso por seguir innovando mi trabajo y aprender más.